Por un momento, vi a una Dulce tan extraña, parada, quieta, inmutable, encima de muchos relojes.
Sin identidad, por cierto. Sin padre, ni madre, ni hogar, ni amigos, ni nombre. No tenía nombre. Tan sólo esperaba a que llegara alguien a gritárselo en su cara, para al fin recordarlo.
Vi a una Dulce viajando a la velocidad de la luz dentro de un tren bala. Iba muy rápido. No dudo que pronto se estrelle.
Vi a una Dulce posada sobre una estrella (en lugar de un planeta), con un cordero y una flor y un mil puestas de Sol. Ahí, era feliz.
Este desconcierto me está asfixiando.
Soy tan débil.
Etcétera | 14 de marzo de 2010, 14:44
Thanks, Marlow, im flattered for your comment.
And thanks for the suggestion too.
Regards :)