Un nick puede significar tantas cosas, ahí radica su importancia, su esencia. Tanto, que hasta puedes formar prejuicios sobre una persona, un ente virtual que teclea vorazmente al otro lado del monitor. Acertado o erróneo, prejuicio al fin y al cabo.
Signos de exclamación, acentos, iconos, números, colores, formato, letras repetidas, puntos suspensivos, todo y nada; la parafernalia cibernética, todo tipo de adornos y clichés hacen que sea personalizable la comunicación vía internet: vía messenger, google talk o skype.

En mi nickname de msn siempre se ve luna, acompañado de algún sustantivo o adjetivo. La explicación que siempre ofrezco es que simplemente me gusta este satélite de la Tierra, entre otros detalles, como mi signo zodiacal, sus colores, su fuerza de atracción, y esas mareas. Entre otros detalles más.

Dicen que el "subnick", aquellas letras que se posicionan debajo del "nick", es el rey de las indirectas, por lo general, ahí se escriben los sentimientos, los sucesos, felicitaciones, etcétera. Aunque, no siempre es cierto y/o bien visto, pero ¿eso a quién le importa?, el nick es propiedad del que usa alguna versión de mensajero y eso nadie lo podrá cambiar. Así como la capacidad de escribir correctamente y sin tanto demonio moviéndose con glitters que interrumpen la agradable lectura.

Aún no sé por qué le escribo al nick... quizá sea mi necesidad de escribir, pero al no encontrar algo verdaderamente razonable, escribo sobre lo primero que veo.