Insostenible

Ahora recuerdo: Fui yo quien empezó a notarle
a tu razón esclavista someter a tus sentimientos,
poniendo agua falsa a vidriar tu mirada,
y regañando a cuanto espejo rechazara ese intento.
Seamos honestos, aturdidos jamás nos escuchamos,
me pedías retractarme sin haber dicho nada,
era tan aburrido el amor que había que memorizarlo,
y no es que no hubiera querido oler tu cuerpo,
en ese momento me tenías del todo constipado.


Ahora lo sé: Aunque amanecíamos encimados
nunca fui de tu incumbencia.
Ahora estoy tan lejos, tan lejos,
que al inclinar mi silencio, beso tu estallido,
Ese explosivo en el que sigo creyendo
Aquel que reza: solo a dos manos
el amor es insostenible.


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Tus mejores ratos están divididos entre los miles de detalles que pasan desapercibidos y 


los que crees que vendrán y serán preciados. No habrá ya una casa en llamas que alumbre 


bien lo que perdiste. No es enamoramiento tu amorío con lo olvidable. No es problema de 


memoria, es de indolencia.  Por eso nunca estás. Por eso nunca eres. Por eso sigo 


teniendo notorias diferencias con lo que llamas vida.




Autor: Pancho Lorenz






Salgo a flote y me libero. 
¡La vida es excepcionalmente bella!

Necesito crecer, y contigo no podré hacerlo.



Suspiraban lo mismo los dos
y hoy son parte de una lluvia lejos
no te confundas no sirve el rencor
son espasmos después del adiós.

Ponés canciones tristes para sentirte mejor
tu esencia es más visible,
Del mismo dolor
vendrá un nuevo amanecer.
uuuuh.

Tal vez colmaban la necesidad
pero hay vacíos que no pueden llenar
no conocían la profundidad
hasta que un día no dio para más
Quedabas esperando ecos que no volverán
flotando entre rechazos
del mismo dolor
vendrá un nuevo amanecer.
uuuuh

Separarse de la especie
por algo superior
no es soberbia es amor
no es soberbia es amor

Poder decir adiós
es crecer



¡¡Chingada madre, cómo duele!!

Error 404



Mientras tanto, que lleguen, me hagan sentir bien en la cama, pero después se tendrán que ir.






Ahora es tu turno de marcharte. Para siempre.





Mi terroncito



Ella es Ximena, mi sobrina y ahijada, una personita que se ha anclado hasta el fondo de mi corazón. Tiene mi amor por siempre. 


Es 100% ternura y dulzura, me encanta su linda voz, me conmueven mil sus lágrimas y me entristece cuando se enferma. La regaño y la adoro. Se ha convertido en una razón muy importante para vivir. 


Me encanta ser su tía, y a ella le encanta ser mi sobrina consentida, yo lo sé, de otra manera, no correría a abrazarme en cuanto me ve cruzar la puerta y me planta un beso en la mejilla. 
Me encanta ser parte de su crecimiento, observar su desarrollo, lo inteligente que es, cómo piensa, cómo analiza, simplemente, amo cómo ES, a pesar de sus berrinches.


Es mi nena güerita, y se ha trasquilado el fleco que su madre le quería hacer. Está loca, le gusta mucho la música y dibujar, ver videos en internet, y la Rosita Fresita.
Es tan fuerte, que derrumba los árbolitos de navidad que encuentra a su paso, y rompe los posters de The Beatles que tengo pegados en mi pared.

Me encanta esta chiquilla. Doy mi vida entera por ella.



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Cada mañana cuando me levanto me digo a mí mismo  
Que tengo que hacer algo  
Para darle a Sara una vida en un mundo mejor  
 
Cada mañana cuando me hago una promesa  
Ser mejor persona, respetar esta tierra,  
Para que los niños vivan en un mundo mejor. 




Nada que ver conmigo... nada


Mi nombre es María





Hoy, no tenía ganas ni de levantarme de mi cama. Me recorría un frío estupor a lo largo y ancho del cuerpo, como si algo me indicara que no debía salir de casa. Pero no pasó nada fuera de lo común. Escucho problemas de los demás, graves, por cierto, y los hago propios; cuando no debiera, porque yo tengo los míos. Siento su dolor, su pena y no sé qué hacer para calmar a mi compañera de clases. 

No quiero caer en la rutina.

Son días extraños. No me ilusionan las invitaciones de aquellos hombres que esperanzan algo conmigo.
Realmente, necesito estar sola, pero no conmigo. 

Viviendo en la luna


El arte de Manuel Rodríguez es hermoso.
Son algunas de las fotografías que se han ido enviando a National Geographic.































Larga exposición

Adoro este tipo de trabajos: la paciencia, el decoro, el resultado. El final es muy agradable a la vista. Algún día, realizaré las mías, algún día. <3


¿Cómo demonios salió ésta? ¿Lluvia de estrellas?









¿Y ésta?




¡Wow!




Cometí MUCHOS errores. 
Lloré por quien no debía y reí con FALSAS amistades. 
Tropecé dos veces con la MISMA piedra y cuando decía nunca más, me empujaron -o me empujé- y caí estampada por tercera vez. 
Perdoné demasiado.
Callé TE QUIEROS, que por miedo, se quedaron en el aire. 
Callé VERDADES por no hacer daño.
Abracé a personas que NO SE MERECIAN ni el roce de mi piel. 
Disfruté de pequeños detalles, y aprendí poco a poco en qué consiste vivir... 


El secreto está en NO ARREPENTIRSE DE NADA. 
Pero cómo duelen los errores. Cómo duele saber que el tiempo no volverá atrás. 



Pasteles de bebé


Algunos años atrás todos los animales se fueron.

Nos despertamos una mañana y ellos ya no estaban ahí. Ni siquiera nos dejaron una nota ni dijeron adiós. Nunca nos figuramos realmente adonde se habían ido.
Los extrañamos.

Algunos de nosotros pensamos que el mundo se había terminado, pero no fue así. Tan solo no había ningún animal más. Ni gatos o conejos, ni perros o ballenas, ni peces en los mares, ni pájaros en los cielos.

Nosotros estábamos todos solos.
Nosotros nos sabíamos qué hacer.

Nosotros divagamos perdidos por ahí, por un tiempo y entonces alguien señaló que solo porque nosotros ya no teníamos animales, esa no era razón para cambiar nuestras vidas. No era razón para cambiar nuestras dietas o seguir experimentando productos que nos pudieran hacer daño.

Después de todo, todavía había bebés.
Los bebés no pueden hablar. Ellos difícilmente se mueven. Un bebé no es una criatura racional, pensante.
Nosotros hicimos bebés.
Y los usamos.
Algunos de ellos nos los comimos. La carne de bebé es tierna y suculenta.
Les arrancamos su piel y nos decoramos a nosotros mismos con ella. El cuero de bebé es suave y confortable.

Experimentamos en algunos de ellos.
Les abrimos los ojos con cinta adhesiva, goteamos detergentes y champús en ellos, una gota a la vez.
Los herimos y los hervimos. Los quemamos. Los atamos y plantamos electrodos en sus cerebros. Los incrustamos y los congelamos y los irradiamos.
Los bebés respiraron nuestro humo y en sus venas se fluyeron nuestras medicinas y drogas, hasta que dejaron de respirar o hasta que su sangre dejó de fluir.
Era duro, desde luego, pero era necesario.
Nadie podía negar eso.
Con los animales ausentes, ¿qué más podíamos hacer?
Algunas personas se quejaron, por supuesto. Pero, ellas siempre se quejan.
Y todo volvió a la normalidad.
Solo que…
Ayer, ya no había más bebés.

No sabemos adónde se fueron. Ni siquiera los vimos irse.
No sabemos qué vamos a hacer sin ellos.
Pero nosotros pensaremos en algo. Los humanos son inteligentes. Eso es lo que nos hace superiores a los animales y a los bebés.


Nosotros pensaremos en algo.

De: Neil Gaiman.





Tomado de aquí.