El espíritu del vino

No quiero (ni seré, espero) ser una esnoob del vino.
Me gusta, es todo, y ciertamente, es poco el tiempo que llevo bebiéndolo. ¡Me encanta este elixir de la vida!
Ni catadora, ni productora, ni nada que se le parezca. Yo solo quiero beber vino a todas horas del día.
S'il te plaît!

Con el vino, las penas son menos. ~


En el bronce de Homero resplandece tu nombre,
negro vino que alegras el corazón del hombre.
Siglos de siglos hace que vas de mano en mano
desde el ritón del griego al cuerno del germano.
En la aurora ya estabas. A las generaciones
les diste en el camino tu fuego y tus leones.
Junto a aquel otro río de noches y de días
  corre el tuyo que aclaman amigos y alegrías.
Vino que como un Éufrates patriarcal y profundo
vas fluyendo a lo largo de la historia del mundo.
En tu cristal que vive nuestros ojos han visto
una roja metáfora de la sangre de Cristo.
En las arrebatadas estrofas del sufí
eres la cimitarra, la rosa y el rubí.
Que otros en tu Leteo beban un triste olvido;
yo busco en ti las fiestas del fervor compartido.
Sésamo con el cual antiguas noches abro
y en la dura tiniebla, dádiva y candelabro.
Vino del mutuo amor o la roja pelea,
alguna vez te llamaré. Que así sea.
-Borges


Qué extraño aprieta el deseo...



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