No me hablen de esperanzas vagas
persigo realidad.
Aprender implica apropiarte de un proceso y hacerlo tuyo, según tus construcciones mentales. Aprender implica que en caso de cometer un error, tus habilidades cognitivas te rindan cuentas con el fin de no volverlos a cometer.
Aprender es un camino muy difícil, como docente lo sé muy bien.
La cosa es que aprender de mis errores me ha costado más trabajo del que debería.
Hoy me doy cuenta que no aprendí, realísticamente hablando, y me siento como una basura, quisiera obligar a mi cerebro a que aprenda, sin embargo, me veo imposibilitada pues ya he cometido de nuevo el mismo error: una segunda ocasión, y me siento como una soberana basura.
Hoy, a mis escasos 26 -casi 27 años- puedo decir sin orgullo que me encuentro más rota y en calidad de asco.
Es una sensación de disgusto y decepción el saberme en una misma situación de hace algunos años. Exactamente la misma situación.
A pesar de mis vicisitudes, TENGO que aprender. Y lo voy a hacer, aun si con ello me duela, por mí, solo por mí tengo el valor de seguir.