En un principio titubearon, pero
comenzaron este baile esperanzador
un baile que no necesita pies, ni derechos, ni izquierdos
un baile con el corazón, de un breve contoneo.
Tal cual dos galaxias destellantes y brillantes
maridan sus almas en un beso suplicante,
aquí, donde todo y nada sucede cada día
aquí, donde tierra yerma había
surge vida, fulgor y algarabía
es el universo que clama: aquí nacen maravillas.
Tanta conmoción ha causado este candor
que al fin, el baile llega a su máximo esplendor
dos galaxias, sintiendo el calor de este danzón,
mezclándose y acariciándose bajo un mismo resplandor.
Allá en el horizonte se vislumbra
la gran luz que siendo supernova emanan
porque ya son inseparables
esos dos seres que eternamente se aman.
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