Mujer de piedra, mujer calavera

Qué padre sería que los sueños se hicieran realidad y ahorita mismo estuviera en España, en ese departamento con sillas de estética en lugar de camas y con un chingo de soditas de colores con botellitas de vidrio con formas de dinosaurios y dragones, adquiridas por $2.50


Qué padre sería que mis alumnos pubertos de sexto año supieran cómo calcular el área de un cuadrado, o bien, escribieran "habían", ya no digo con el acento, pero sí con la h al principio.


Qué padre sería poder tener una total certidumbre y no creer-te con mi fe a ciegas.


Qué padre sería que no tengas que cuidar tus palabras, pues de todas formas, salgo perdiendo.




Todo sería, ni es, ni será.

0 chicles pegados debajo de la mesa: