Mañana será 14 de febrero... and I don't give a single fuck.
Un día, me dijeron algo referente a los ataques al corazón (o paros cardíacos o infartos, no sé): cuando el corazón sufre un infarto, éste mismo sufre fisuras físicas, como grietas o riachuelos que se abrieron paso a través de la corteza del músculo bombeador de sangre.
Este es mi tiempo, me repito cada vez que me levanto, como un mantra.
Mi sagrado tiempo, el que dedico enteramente a curarme y repararme el corazón agrietado, porque si yo no lo hago, ¿quién lo hará?
No, no he tenido la mala suerte de sufrir infartos o paros cardíacos, pero sí muchas malas suertes más, infortunios y designios malévolos con los que he aprendido invaluables destrezas y habilidades;
"We’re stronger in the places that we’ve been broken." Dice Ernest Hemingway (Somos más fuertes en los lugares donde estamos rotos); y yo digo que, toda experiencia es buena, es mala si no aprendes de ella.
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