Me apasiona el hoy pero siempre desde el ayer (¿me apasiona, dije?), y es así como a mi edad el pasado se vuelve presente y el presente es un extraño y confuso futuro donde chicos con tricotas y muchachas de pelo suelto beben sus cafés creme y se acarician con una lenta gracia de gatos o de plantas.
Julio Cortázar, Rayuela. Capítulo 21.
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