Elucubraciones II

Son las 9:31 pm del 11 de noviembre del 2009. Soy un fracaso...
Tengo dieces en la escuela, tengo buenos compañeros, tengo habilidades que cualquiera envidia como lo son el tocar la guitarra, pintar, tocar el tambor, actuar en obras teatrales, el ser la mejor redactora entre más de 90 personas, mi excelente ortografía, mi distinguida expresión oral, mi raro, pero infalible sentido de "la justicia", etcétera.

No, apreciables lectores, no me estoy jactando de que sé hacer muchas cosas; una cosa es aceptar las cosas como son y otra muy diferente es presumir.

Tengo todo para sentirme como lo hace una persona exitosa, una buena familia, grandes amigos, todo lo que mencioné anteriormente y mucho más.

Me falta la parte más importante... el amor.
Soy un fracaso.



El siguiente poema me describe de incio a fin. Increíble.


A la derviva
Miguel Ángel Galván

Porque por más que sintiera, siempre me faltaba sentir
Y la vida me dolía siempre, siempre era poco
y yo desdichado.
Álvaro Campos


Todavía me pregunto:
¿y si volviera a empezar?
¿y si volviese a recobrar el asombro?
Siempre sé la respuesta,
Siempre encuentro cierta complacencia en el gusto
Retórico de las respuestas que, de antemano conozco;
Y me lleno entonces de una cortesía patética
Con la que encaro al mundo y a todos aquellos
A los que digo amar...
De alguna manera soy tolerante y tolerable,
De alguna manera sé quién soy, y sé que los
otros también lo saben,
Ey, Ey, no es ningún desplante adjudicarme,
al menos una forma de ser,
Aunque mis dudas permanezcan intactas,
Son las mismas que me poseían desde el vientre de mi madre,
Las mismas que acompañaron mi avidez adolescente:
Mis tristísimas masturbaciones, los balbuceos
que intentaban acercarse al infinito,
Al fin y al cabo eran, como ahaora,
escaramuzas simples,
Celadas en las que mi alma eran el cebo, que podría
alimentar al dios de la incertidumbre.
Hablé del alma
Hablé del alma porque se trata de una recurrencia
que exhibía con orgullo,
El alma o el hueco metafísico por el que deslizamos
el sentido de la vida,
El alma o el botín existencial, la cerradura que
haremos volar con aires anarquistas,
El alma o el misterio que hiende la desesperación
frente a la nada.
Ahora me basta con recordar que, en algún momento,
fui de verdad yo mismo,
Disputé el reino que dominaba la belleza y no
miento al decir que obtuve:
Senté a la belleza en mis rodillas,
Y le prendí fuego,
La vi convirtiéndose en un poro de ceniza y humo
Que inhalé hasta hartarme;
También obtuve, esa fue mi victoria, el silencio del
asesino:
Nunca dejé huellas,
Nunca pudieron atraparme, dar conmigo,
Disfruté mis crímenes y los festejé con la delicadeza
del artista;
Pero ahora estoy aquí,
Puedo mirarme a través de lo que he sido
Y carezco del disfraz con el que solía
Enfrentar al tedio,
Estoy harto y ahíto,
El alcohol que bebo, el aire que atraviesa mis
pulmones,
el plato en el que mi gata devora mi corazón,
Una viscera más, un músculo
Vertiente de mi inmolación, sacrificio
En el que mi cuerpo se deshace:
Brizna, migaja, polvo
Que se arrastra, al fin dolor,
Voy por mí mismo
Y nunca acabo de encontrarme.
¡es que eras tú!, ¿no lo sabías?
¡eran tus ojos, tu boca, tus testículos!
¡eres tú!
Y el hijo que tienes, y la mujer que te deja,
Y el contagio con el que invades
El cuerpo del otro.
Eres tú: y el cuerpo que escribes
A sabiendas del plagio cometido;
Por ahora no quiero más.
Vuelvo a disponer de la melancolía,
O de la fraudulenta manera de poseerla:
No hay mejores palabras que describan a LCWIABD+BMW= YO...



0 chicles pegados debajo de la mesa: