Puertas. Hay tantos dichos, refranes, dicharachos, poemas, canciones. Una palabra usada tan metafóricamente; es la entrada, la salida, el resguardo, el secreto.
Las puertas nos separan de algún otro lugar. Una puerta nos da la seguridad de poder llorar a lágrima suelta, de poder reír, de hacer el amor. Una puerta es algo maravilloso, es casi nuestra mejor amiga, nuestra confidente, ¡Si las puertas tuvieran ojos y pudieran hablar!
Hay veces que las azotamos sin que ellas tengan culpa o razón de nada. Las usamos de percheras, incluso, lo hacemos nuestro muro del arte, ya sea pintándola o pegándole calcomanías.
Algunos no la dejarán de conocer como un simple trozo de madera, con chapa y bisagras. Para mí, las puertas tienen alma, magia. Tanto que con un simple toc'toc, se abren (la mayoría de las veces).
¿Una puerta ideal?
Puede que sí, puede que no, sobre todo si se coloca en el cuarto de los padres... o si las chapas no tienen llaves.
Aún así, hay que admitir que es bastante ingeniosa.
[Lo vi aquí]
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