Me sirve y no me sirve

Me sirve y no me sirve
La esperanza tan dulce,
tan pulida, tan triste,
la promesa tan leve,
no me sirve.
No me sirve tan mansa la esperanza

La rabia tan sumisa,
tan débil, tan humilde,
el furor tan prudente
no me sirve.
No me sirve
Tan sabia tanta rabia.

El grito tan exacto
si el tiempo lo permite,
alarido tan pulcro
no me sirve.
No me sirve tan bueno
Tanto trueno

El coraje tan dócil
la bravura tan chirle,
la intrepidez tan lenta
no me sirve.
No me sirve
tan fría la osadía.

Si me sirve la vida
que es vida hasta morirse,
y el corazón alerta sí me sirve.
Me sirve cuando avanza
la confianza.

Me sirve tu mirada
que es generosa y firme,
y tu silencio franco sí me sirve.
Me sirve la medida de tu vida.

Me sirve tu futuro
que es un presente libre,
y tu lucha de siempre
sí me sirve.
Me sirve tu batalla
sin medalla.

Me sirve la modestia
de tu orgullo posible,
y tu mano segura
sí me sirve.
Me sirve tu sendero,
compañero.





Mario Benedetti










La neta, la neta, es que ya no puedo con mi chingada alma. No tengo fuerzas ni para levantarme de la chingada cama. Los recuerdos, los ausentes, y los presentes, me están matando, y precisamente eso es lo que me impide hacer de las mías como debería, no soporto cumplir con una rutina cierto, pero tampoco con mis “obligaciones”, justo cuando me falta poco para terminar algo, ahí voy de imbecil y la cago, de repente ya no quiero seguir, según Freud, o no me acuerdo quien chingados, se llama autosabotaje, y si, es cierto, tengo miedo de dejar de ser una niña, que por mis huevos tengo que salir de aquí.
Pero lo veo tan lejano, cual la niña del aro, me siento en un pozo profundo, bien oscuro, sola, pero con voces y ruidos que hacen imposible hablar conmigo misma. De preguntarme a mi misma qué es lo que realmente quiero, sin duda sé que puedo. Pero esta maldita depresión me roba toda la energía. Me odio de verdad cuando estas cosas pasan, y finalmente todo esta en mis garras, pero tengo miedo, un miedo terrible de no cumplir con mis propias exigencias, de que esos sueños jamás salgan de ahí, de la tierra de Morfeo.
Los malditos extras, la gente que se dedica a chingar, conciente o inconcientemente, como si yo no hiciera bastante recriminandome todos los días a mi misma. Quisiera dejarlo todo de una maldita vez… pero, mis parientes en el Olimpo me van a traer de regreso, los conozco, algo tengo que hacer, aún no se bien a bien qué, pero no me van a dejar en paz hasta que lo haga.
Una parte de mi ya no quiere, la otra me obliga, una mas llora y la otra se ríe. ¿A quién le doy tiempo completo?
De verdad, quisera ser como los demás que son indiferentes ante todo, que nada me afectara para bien o para mal, ser una automata que puede cumplir perfectamente con un horario escolar, que no piensa, que no siente…
Pero no lo soy, yo y mis miedos no superados, yo y mi ego… ¿por qué he de seguir un orden todos los días? ¿Porque leer lo que me obligan a leer? ¿Por qué no puedo simplemente levantarme e ir a dónde quiero, sin presiones de horario? ¿Por qué no puedo? La respuesta, esta en alguna parte de mí que aún no he explorado.
Ya me voy a lloriquear a otra parte.
En el amor todo ha terminado cuando uno de los amantes piensa que sería posible una ruptura. Paul Charles Bourget



A todo le llega su tiempo.
El tiempo es sabio.


Ni el pasado ha muerto
ni está el mañana,
ni el ayer escrito. (Antonio Machado
)

Y así pasan los días




Todo se queda en un
Perhaps, perhaps, perhaps...