Estoy reciclando escritos desde ultratumba, es lo mismo que reafirmar aprendizajes y conocimientos adquiridos.
Esto fue del 2010, aplicable 100% a mi presente 2015.

Tan lejos


En un intento por salvaguardar mi respeto y amor propio, me estoy deshaciendo de las cosas y personas que son dañinas para mí.
Llegan momentos en los que me taladro la mente, uso una lija cerebral y pienso: ¿Cómo pude permitir que una persona egoísta, a la que le entregué toda mi confianza y cariño, me hiciera tanto daño?

No fue muy tarde para comprenderlo, nunca es demasiado tarde, pero pude evitar, gracias a mi generosa inteligencia, que el daño fuera irreparable.
Me he dado cuenta que no he perdonado muchos agravios y errores del pasado, y debo trabajar en ello.
También pude darme cuenta que YO soy YO, no dependo de nada ni nadie, soy feliz conmigo misma, ME TENGO A MÍ MISMA y eso es más que suficiente para saber qué es lo que merezco y la basura que otras personas quieren desechar en mí que debo rechazar.

No lamento haber creído en ti. Lamento haber perdido tiempo y energía en lograr enardecidamente que esto funcionara, que el amor fuera más grande y poderoso que tu vil egoísmo.


Retomo el poema de Pancho Lorenz, que alguna vez publiqué por allá del 2009, hace algunas heridas y antos lastimeros.
Ahora recuerdo: Fui yo quien empezó a notarle
a tu razón esclavista someter a tus sentimientos,
poniendo agua falsa a vidriar tu mirada,
y regañando a cuanto espejo rechazara ese intento.
Seamos honestos, aturdidos jamás nos escuchamos,
me pedías retractarme sin haber dicho nada,
era tan aburrido el amor que había que memorizarlo,
y no es que no hubiera querido oler tu cuerpo,
en ese momento me tenías del todo constipado.


Ahora lo sé: Aunque amanecíamos encimados
nunca fui de tu incumbencia.
Ahora estoy tan lejos, tan lejos,
que al inclinar mi silencio, beso tu estallido,
Ese explosivo en el que sigo creyendo
Aquel que reza: solo a dos manos
el amor es insostenible.

Solo para hombres con destino


Si tú me olvidas


QUIERO que sepas

una cosa.

Tú sabes cómo es esto:
si miro
la luna de cristal, la rama roja
del lento otoño en mi ventana,
si toco
junto al fuego
la impalpable ceniza
o el arrugado cuerpo de la leña,
todo me lleva a ti,
como si todo lo que existe,
aromas, luz, metales,
fueran pequeños barcos que navegan
hacia las islas tuyas que me aguardan.

Ahora bien,
si poco a poco dejas de quererme
dejaré de quererte poco a poco.

Si de pronto
me olvidas
no me busques,
que ya te habré olvidado.

Si consideras largo y loco
el viento de banderas
que pasa por mi vida
y te decides
a dejarme a la orilla
del corazón en que tengo raíces,
piensa
que en ese día,
a esa hora
levantaré los brazos
y saldrán mis raíces
a buscar otra tierra.

Pero
si cada día,
cada hora
sientes que a mí estás destinada
con dulzura implacable.
Si cada día sube
una flor a tus labios a buscarme,
ay amor mío, ay mía,
en mí todo ese fuego se repite,
en mí nada se apaga ni se olvida,
mi amor se nutre de tu amor, amada,
y mientras vivas estará en tus brazos
sin salir de los míos.





El sentimiento de irte sin tener la oportunidad de demostrar que no estás equivocada es equiparable a que te roben tu cartera sin tiempo de defenderte.
Al final, no importan las cosas buenas que hayas sido capaz de hacer.