Inventario

El año agónico del 2009 sólo puedo resumirlo en una palabra:

KARMA



Y la vida se vengó de mí. Me devolvió x1000000 el daño que hice. No creo que lo haya pagado, pero espero que me disminuya un poco la condena, porque le caí bien o algo así.

Como en una empresa, considero que el año acabó con más pérdidas que ganancias, claro, refiriéndome a "especie". Aún así, aprendí bastante, y tonta de mí si cometiera esos fatales errores de nueva cuenta. Tonta de mí.


El 2010 pinta para bien, pero, ¿Por qué separarlo en años? ¿Por qué el cambio de año debe significar un cambio en la forma de vivir, pensar, actuar? : /  Ese es otro gran misterio, que no quiero resolver.



¡¡Felíz y próspero 2010!!



Done

Yo... yo no estoy para esperar.
Soy impaciente, más en cuestiones de tiempo, por eso, no soy quién para esperar.


Me voy. O te dejo ir. Ya ni sé.

No me haré daño, no te haré daño, no le haré daño.



-¿Dulce?, estoy orgullosa de ti.
-¿Oh, sí?
-Claro, ahora sólo debes dar el siguiente paso. Sabes cuál es.
-Sí, lo sé, pero no tengo la capacidad... más bien, no tengo las ganas de hacerlo. No quiero.
-Tienes que, de otro modo, seguirás esperando. Te estás contradiciendo.
-¿¡Y a ti qué coños te importa!?, después de todo, ¡no dejas de ser sólo mi estúpido subconsciente!






No te haré daño. Y no es una apuesta.



Siempre he dicho y asegurado que yo y la psicología no nos llevamos, pero eso decía de la filosofía... y mira que daré cursos propedéuticos en el ITH (para el examen de admisión) de ésta ciencia. Algún día haremos las paces, lo prometo.
Según la teoría del subconsciente, hablando oníricamente, de los sueños, Freud (Frói) dice que son sólo las revelaciones de nuestro subconsciente; sí, Frói, el psicoanalista casi misógino.


Silogísticamente, mi subconsciente se niega a olvidarte. Vuelves nuevamente a ser el protagonista de mis sueños. Mi fuerza de voluntad vale madres si ni siquiera puedo controlar a ese rejego subconsciente. Habrá que trabajar en ello.






Recuerdo la entrada que publiqué hace un año acerca del 28 de diciembre y su día de los santos inocentes.

Hoy mi madre me prestó cien pesos para comprar pinturas acrílicas, pero se los debo (tengo) que devolver, jajaja, no soy tan "agarrada" digamos. Aunque muchos, sin ser día de los santos inocentes, se quedan con las cosas que la gente confiada les presta y nunca jamás vuelven a ver en sus manos, obres inocentes.
Háganse de la frase: "Hay que ser cochis, pero no tan trompudos", idónea para todo tipo de gente, especialmente para el mexicano.
Cuídense de las noticias y vuélvanse un poquito escépticos, más bien, precavidos, no suelten dinero ni algún objeto, a menos claro, que se tratase de una emergencia jajaja.



Ojalá el aumento de la gasolina también se tratara de una simple e inocente broma : /




La palabra



Entre pasillos
coladeras y escusados
en las calles infestadas de peatones
bajo un auto
en la banqueta
entre ráfagas de polvo y excremento
bocinazos
impactos de carne
explosiones
gritos y llanto
entre cielos y mares
canales de TV
legajos
mentadas de madre
entre sueños húmedos resecos y dopados
entre manos sudorosas
cuerpos ardientes
labios pintados
voces perdidas
silencios
sombras
guitarrazos
entre toda la inmundicia natural
que nos otorga el cotidiano
perdida en cualquier hocico
o embarrando un renglón
estará la palabra
mi querido hermano.
 Antonio Andrade





El beneficio de la duda

¿De dónde viene la Navidad?

¿Por qué se propagó la leyenda de Santa Claus?

¿Por qué acostumbramos dar regalos a los demás?

¿Por qué se celebra con una gran cena?



Vaya, creo que nadie posee la respuesta a cada una de estas preguntas.
¿Por qué debe existir un día en que "parece" que todos somos hermanos?
¿Por qué no puede ser día con día?

Reflexión



¡¡Felíz Navidad!!

La enamorada




Alfonso Villagran (b. 1982, Uruguay)
"Step on", 2008.



Ante la lúgubre manía de vivir
esta recóndita humorada de vivir
te arrastra Dulce no lo niegues.

Ohne/dich

Todo vuela o se rompe, tarde o temprano; promesas, palabras, corazones... vida.


Algo deja de latir en mi. ¿Lo sientes? Se esta acabando la obra... Último acto. Entraré en escena, estoy nerviosa y no entiendo porque, he actuado tantas veces que tengo la sensación de no dejar mi personaje en este mugriento escenario, pero antes he de prepararme, asumir que todo tiene un final. Sé que poco a poco, los focos se apagan, la gente dejará de aplaudir y caerá el dichoso telón, una vez más sonreiré y pareceré feliz.







- ... He aprendido que esperar es la parte más difícil, y también quiero acostumbrarme a eso; saber que tú estás conmigo, aunque no estés a mi lado.


Once Minutos - Paulo Coelho

Transiciones

Y del amarillo al beige-verdoso.

Así somos las mujeres, un día estamos agusto con lo que tenemos, otro día, no tanto. Preferí cambiar el template, ya que con aquél tenía muchísimos problemas a la hora de editar el HTML, sin embargo, este de las flores está lindo y creo que me identifico más con estos colores.

Disculpen el cambio tan brusco, pero todo sea por hacerlo un poco más acogedor.


No, no voy a hablar del libro en cuestión, el que obtuvo el premio Alfaguara 2009.

Limpiando los abanicos de techo de mi casa, recordé instintivamente, aquel candelabro que me encantaba (y sigue, aún) cuando niña. Se posaba osadamente sobre el techo de la antigua casa de mis abuelos.
Esta casa era mágica, con sus túneles y pasadizos, que juraba llevaban a algún sitio espectacular. Nunca lo comprobé, pero aún siguen esos pensamientos en mi mente.


El candelabro se situaba en el techo de la sala, donde también había una hermosa chimenea. Sobre la chimenea, serenamente estaba una gran caracola y como yo no conocía el mar en ese entonces, me emocionaba y me conformaba con pegarla a mi oreja y escuchar el suave revolotear del viento en los laberintos yacientes dentro de la caracola; tan grande era, que la debía tomar con mis dos manos.
A un lado de la caracola, el teléfono. Negro, de rueda y con un alambre toscamente enrollado. En la chimenea no había siquiera vestigios de cenizas: hacía mucho no se utilizaba.
Los sillones se encontraban mullidos, pues, si bien era la sala de estar, casi nunca se utilizaba.

El cuarto de mi abuela tenía un olor peculiar: árnica. Yo siempre me encontraba ávida, junto con mi prima, a querer esculcar su ropero (casi, casi como la canción) y poder obtener los tesoros que pudiesen estar ocultos dentro. Nunca lo logramos. Sin embargo, siempre sacábamos los colores de madera que se encontraban en el tocador. Claro, esta hazaña era lograda gracias a nuestras habilidades que cualquier agente secreto quisiera igualar: contorsionismo, que consistía en pararse de puntillas y/o entrar a gatas hacia la habitación.

El cuarto de mi tía (madre de mi prima) me dio siempre escalofríos. Era color verde aqua, y sólo recuerdo hasta ahí.

La casa era un lugar muy grande, mucho muy grande. Una de las zonas que más me gustaba, era el comedor y el corredizo que llegaba hasta la cocina. El comedor tenía dos puertas, una permanecía siempre inmóvil. Enseguida de esta puerta, estaba un cristalero, el cual ya no tenía cristales; en el codo de mi prima aun reverbera la cicatriz ocasionada por dichos cristales, inexistentes en ese momento.

Por el pasillo, estaba la cocina. Pequeña, pero muy cálida. A un lado de la estufa, había una puerta, la cual se dirigía nada más ni nada menos a uno de esos fantasiosos pasadizos, pero pronto descubrí que ese pasadizo llevaba a lo que hace muchos años fue una taquería "de la esquina".

El patio era grandísimo, a un costado, había una cancha, con sus canastas de baloncesto, y en la esquina del patio y el límite hacia la otra casa, había un pequeño cuarto de cuatro paredes. Nunca supe, ni sé, para qué era.
En el patio también había un jacalito, lleno de tantas cosas, muñecas, ropa, juguetes, y un largo etcétera. Sin duda alguna, el mejor atractivo del patio eran sus plantas. Mis ojos nunca habían conocido follaje de mejor verde, plantas tan exóticas y de tan vívidos colores, y cómo olvidar sus sabores.

La casa de mi abuela sigue tan presente en mi memoria y en mi corazón. Esa casa hoy que en día es un taller automotriz, ya no queda casi nada de lo que hace 20 años fue y de la cual se cobra una renta significativa que viene a dar a las manos de mi madre.

Mi abuela, poco recuerdo de ella. Lo que nunca olvidaré, es que yo fui quién avisó a mi madre de los estertores, de los gritos que ocasionaba su hondo dolor en el pecho, su jadeo acongojante, su llanto acompasado y casi sin aliento. Se la llevaron al hospital; cuando entré a la habitación donde ella estuvo por última vez (habitación en la que me encuentro ahora mismo) la recámara lucía sorprendente: Llena de luz, el sol se colaba por cualquier agujero que encontrase y el aroma era indescriptible, rosas, diría yo.
Fue muy extraño, jamás volví a reír con ella, a sentarme con ella, a platicar con ella. No volví a ver a mi madre cambiarle los vendajes del pecho o acomodarle una pashmina en la cabeza debido a su falta de cabello.

Era reconfortante tenerla en casa, pero estoy segura que partió a un mejor lugar, cualquier que éste sea.





Bien, he remodelado mi hogar virtual. Lo más relevante de mis vacaciones de invierno.

Al principio no me sentía muy cómoda con él, mira que pasar del violeta al amarillo... pero bueno, fue cuestión de minutos para tomarle mucho cariño y sobre todo paciencia.
Le estaré realizando modificaciones, en especial al HTML y los colores, que aún no terminan por cuadrarme.



El significado de cambiar de template cada cierto tiempo es similar al del por qué siempre le hago cambios a mi cabello una vez que una relación sentimental ha terminado. Es cierto, no lo he hecho.
Una mujer al volante es sinónimo de choque/colisión/15 minutos tratando de estacionarse, entre otros ejemplos más.
Eso es verdaderamente cierto, el manejar un auto, controlar una máquina de 4, 6, 8 cilindros nos es realmente difícil. En mi caso, se me dificulta sobremanera el estacionarme, sobretodo, si de "reversear" se habla. No sé si virar hacia la derecha o a la izquierda, lo que es algo tan natural para los hombres, es decir, cuando un auto se estaciona, logro percibir si se trata de un hombre o de una mujer quién lo está controlando, por la rapidez en la que lo logra.


Son cuestiones cerebrales, ya que el género masculino maneja mejor al hemisferio izquierdo, mientras que el género femenino, maneja mejor al hemisferios derecho. Claro, hay excepciones, incluso, puede existir un balance entre el uso y conexiones de hemisferios, sólo hago énfasis en que así es como predomina.

Hace poco, sucedió que una compañera y yo trasbordamos un autobús, el que nos lleva cerca de la escuela. Iba conduciendo una mujer, no me pareció raro, pues si bien hay que tomar en cuenta que la mujer puede hacer lo que se le venga en gana, ah, pero siempre y cuando sea capaz de llevar a cabo eso que se le venga en gana, así como cualquier hombre.
Proximas a llegar a la parada del autobús, nos levantamos de nuestros asientos, llegamos hasta la puerta de salida, y el camión no se detenía, ya habíamos pasado la parada del autobús (esa donde hay un asiento y una señal de un autobús en azul con blanco). No se paró, siguió y siguió, le dijimos: "¡BAJAN!" y al poco rato se paró. Como despedida, nos dijo: "Se pide con tiempo la parada, eh". Me quedé con una cara de WTF.

-Es que las mujeres no nacimos para andar al volante- le dije a mi compañera.
-Jeje, ya sé- Dijo, riéndose.

Situación así nunca me ha ocurrido cuando un hombre conduce un camión. Por lo menos, ellos sí emplean ese artefacto de elevada complejidad, último invento de la tecnología: El espejo retrovisor.

No quiero decir que es aplicable al 100% de la comunidad femenina, pero sí al 98% de ellas.
Un poco de humor; mujeres, no nos sintamos tan mal; mejor, hay que aceptar que al volante somos un desastre:





Hoy en día, suena un comercial en la televisión y en radio, que va algo así:
"El lugar de la mujer está en su casa... y en la educación, en la salud, arquitectura, etc etc etc"
Lo cual es completamente cierto. El problema viene cuando la mujer exige cierto rango, cuando no se lo merece, cuando no ha hecho lo posible para obtenerlo, y luego y luego dicen: "¡¡Sufro de discriminación!!". Como dije anteriormente: las mujeres podemos hacer lo que se nos venga en gana, siempre y cuando seamos capaces de hacerlo.

La realidad es que los hombres, biológicamente hablando, poseen mucha más fuerza que las mujeres, por ende, pueden realizar trabajos pesados. Este punto, muchos de ellos, lo emplean para mostrar que son superiores a nuestro género, me refiero a la violencia en casa. Pero qué demonios, si ellos también pueden hacer lo que les venga en gana.

Pendeja la mujer que se deja, que tiene un arma de gran valor para contrarrestrar a ese supuesto de "dominación", o denuncias, o le golpeas o te carga la chingada.



Esa es sólo la violencia física, inocua a comparación de la violencia verbal. Aquí también tiene aplicabilidad la frase: "Pendeja la mujer que se deja".
En una ocasión, un compañero del grupo de los sábados, contó un chiste, de esos denominados como "machistas":
-¿Cuál es el miebro más largo de la mujer" -Cavilando... -¡La escoba!
Tiene gracia, o la tuvo más bien, hace mucho tiempo.
Algunas se molestaron por la estupidez que mostró ese compañero, pero esa es culpa y problema de él. Aún así, se atrevió a preguntar el por qué nos enojamos (refiriéndose al género femenino) cuando un hombre se mofa de las mujeres. Aquí sí me hizo sulfurar.

-A ver, cabrón, obviamente si yo cuento un chiste "feminista" a huevo que tú no te enojas, ¿por qué?, porque a ustedes nunca de los nuncas se les ha discriminado. Nunca has sentido la tristeza de que te nieguen un trabajo, o te corran proque estás embarazad@, o te digan: "esta vieja está bien pendeja, me la voy a cojer". En cambio, el escupir esos "chistes" son de mal gusto para las mujeres, porque les recuerdas el lugar que les da la sociedad. Lo mismo con los chistes del Mierdetón (Teletón).

Cuántas veces he perdido al enojarme yo, pero aquí, él terminó más enojado que yo.

Situaciones similares son las que se viven en las relaciones amorosas y/o sexuales. Como escribí anteriormente, muchos deliberan la frase: "esta bien pendeja, me lo voy a cojer", y eso, lamentablemente, depende de nosotras. Si desde un principio mostraste que en realidad eres una pendeja, pues mal por ti, mujer. Los hombres suelen aprovecharse del lado emocional de las mujeres, y como ellos dicen: "por ahí nos llegan".
Puede que te enamores de un bastardo que, realmente, ni por dónde valga la pena. Que no te dé tu lugar, que no te respete (con el respeto inicia y acaba todo), inclusive que te maltrate físicamente... pero tiene que prevalecer el orgullo y la dignidad y el instinto de alarma y protección, ese que dice: "huye de aquí".

Suele suceder que en algunas notas de revistas típicas para chicas aseveran que los hombres temen a una mujer independiente e inteligente.¿Por qué será?

Considero que la discriminación hacia las mujeres no existe. Es sólo una guerra entre los sexos, donde suele demostrarse cuál es el mejor, y nada ni nadie lo va a cambiar. Sólo, mujeres, démonos a respetar, la discriminación es un aspecto interno perteneciente a nosotras. Demostremos de qué estamos hechas, que podemos con todo y con todos. Que somos capaces de hacer lo que nos venga en gana y lo haremos bien.

También, dicen que entre hombre y mujer debe existir un balance, una correlación, y eso es completamente cierto.



Vacaciones

Al fin, vacaciones de invierno, o decembrinas, como guste llamarles.

Aunque no es de todo mi agrado. No soy una nerd o un ratón de biblioteca, pero me gusta estar en la escuela. El tiempo se me va más rápido. Ahora que estoy en casa, no sé qué es lo que haré con tanto tiempo libre. No soy de las personas que puede estar en un sólo lugar por un largo intervalo de tiempo.

Aunando el hecho de que tengo una de las peores gripas de mi vida, sólo me queda por realizar mi itinerario y determinar qué demonios voy a hacer.
Mientras tanto, veo videos en youtube después de una larga siesta vespertina que duró 6 horas.

No soy fanática del futbol, pero me gusta jugarlo (cascaritas) y algunas veces lo veo, sólo cuando es internacional. Aquí les cuelgo este video, que si bien es cierto, a la Selección Mexicana le urge un par de estas maravillosas piernas.




Enjoy.
Cuando vira hacia la izquierda, el camión se tambalea un poco, así, los pasajeros se mueven en la dirección contraria, bueno, no me meteré en cuestiones de física.

Volteo a leer mi libro, de Kundera. Una frase me sumerge en un profundo pensamiento "Todas las mujeres miden el paso del tiempo según el interés o el desinterés que los hombres manifiestan por su cuerpo".

Un peatón se atraviesa por la calle, logrando que el chofer frene casi mortalmente, en .0001 segundos. La muchedumbre se ha vuelto loca. No respetan semáforos, ni señales de "alto"... sigo hablando de los peatones. Cargan tantas bolsas, tantas como sus manos se lo permitan. Caminan acompasadamente, volteando a ver los precios que se posan en cartulinas fluorescentes.
Uno de los vendedores bebe una malteada, de las que venden en el Mercado Municipal y que tiene por tapa alumnio. Un transeúnte se detiene a manosear una bolsa con jamoncillos, preguntando el precio. Las mercerías están a reventar.
Seguimos avanzando, la gente se pelea por abordar el camión. Más adelante, en una tienda de lencería masculina, un señor está sentado afuera, leyendo un periódico.

Así es, al fin salimos del centro de la ciudad. El infierno, en épocas decembrinas. Hay gente que va tan lento, que tienes que abrirte campo entre dos masas, dos muros, que si bien no te devuelven el golpe, te fulminan con una mirada.

Vuelvo a mi libro. Leer en el autobús es una forma de ganarle tiempo al tiempo.

Unas dos horas más tarde, almuerzan en el restaurante del hotel y hablan alegremente de la muerte. ¿De la muerte? El jefe de Chantal le ha pedido que pensara una campaña publicitaria para las pompas fúnebres Lucien Duval.
-No te rías- dijo ella riendo.
-¿Y no se ríen ellos?
-¿Quiénes?
-Pies tus compañeros de trabajo. ¡Hacer publicidad de la muerte! La idea misma ya es descaradamente graciosa. ¡Vaya con el viejo trotskista de tu director! A ti siempre te ha parecido inteligente.
-Es inteligente. Lógico como un bisturí. Sabe de Marx, de psicoanlálisis, de poesía moderna. Le gusta contar que, en la literatura de los años veinte, en Alemania o no sé dónde, había una escuela poética de lo cotidiano. Según él, la publicidad responde a posteriori a esa corriente poética. Convierte en poesía los simples objetos de la vida. Gracias a ella lo cotidiano se ha puesto a cantar.

-¿Y qué hay de inteligente en esas tonterías?
-El tono de cínica provocación con el que lo dice.
-¿Se ríe o no se ríe tu jefe cuando te encarga la publicidad de la muerte?
-Sonreía con una sonrisa distante; eso siempre queda elegante y, cuanto más poderoso eres, más te sientes obligado a ser elegante. Pero su sonrisa distante nada tiene que ver con una rosa como la tuya. Y él es muy sensible a ese matiz.
-Entonces ¿Cómo puede soportar la tuya?
-Pero, Jean.Marc, ¿tú qué crees? Yo no me río. No olvides que tengo dos caras. He aprendido a extraer de eso cierto placer, a pesar de que no es nada fácil tener dos caras. ¡Exige esfuerzo y disciplina! Deberías comprender que todo lo que hago, de buena o mala gana, lo hago con la ambición de hacerlo bien. Aunque sólo sea para no perder mi empleo. Y es muy difícil trabajar lo mejor que puedes y al mismo tiempo despreciar tu trabajo.
-Oh, sí, tú eres capaz, tú puedes hacerlo, eres genial -dijo Jean-Marc.
-Sí, es cierto, puedo tener dos caras, pero no quiero ponérmelas al mismo tiempo. Contigo me pongo la cara burlona. Cuando estoy en la oficina, me pongo la cara seria. Por ejemplo, a mí me llegan las solicitudes de empleo de quienes aspiran a trabajar con nosotros. Me toca a mí dar una opinión positiva o negativa. Algunos, en su solicitud de trabajo, se expresan en una lenguaje perfectamente modernos, con todos los lugares comunes, en la jerga adecuada, con todo el debido optimismo. No es necesario verles ni hablar con ellos para saber que los odio. Pero sé que son ellos los que se dedicarán a fondo a su trabajo. Luego están los que, sin duda, en otros tiempos, se hubieran dedicado a la filosofía, a la historia del arte, a la enseñanza del francés, pero que hoy, a falta de otra cosa, casi con desesperación buscan un trabajo en nuestra empresa. Sé que secretamente desprecian el puesto que solicitan y que por lo tanto son mis semejantes. Y tengo que decidir.


Milán Kundera, "La identidad".







La palabra, la cual también es un apellido: "Godoy", me da mucha risa.

No me hacen las cosquillas. Así que si intentabas tirarme al suelo con eso, fallaste.

Creo en la justicia, llámese gracia divina, destino, coincidencia, casualidad.

Me gusta el invierno, y con él, la navidad.

Mi punto débil, hablando de asignaturas, son las Matemáticas.

Mi punto débil, corpóreamente hablando, son las orejas.

Me gusta sacar pelusa de los ombligos.

Pinto.

Bailo reggaetón... ¿Y?

Leo en grandes cantidades.

Puedo escuchar una misma canción durante todo el día, durante meses y no me enfado.

Soy auditiva-kinestésica.

Soy colérica-melancólica.

Considero que lo que se dice de los signos zodiacales es completamente cierto.

Adoro el chocolate.

Me gusta mantenerme ocupada.

Tengo constantes dolores de cabeza.

Utilizo el Photoshop de vez en cuando.

Me urge una laptop.

Y un reproductor mp3.

No tengo ojos, es decir, son tan pequeños, que casi no se me ven, por eso siempre me pinto tanto.

Aprecio cualquier regalo. Desde una cartita hasta un autómovil, jajá.

No veo la televisión (ni su programación).

Me gusta programar en HTML (si es que estoy de buen humor).

Odio bañarme en invierno, jaja.

Siempre tengo las manos frías, so, los pies también. Más en invierno.

Deseo tener el cabello chino.

Me gusta poder ayudar a los demás.

Puedo ver muchas veces una película que me gustó y no me aburre.

Una posibilidad









...
...
...
¿Cuándo?.

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