La Trova

Me gusta la música, no me imagino pasar un sólo día sin poder deleitar este sentido humano, simplemente, sería una locura.
Me gusta la música, MÚSICA.
Y me gusta escuchar música, la música dependiendo de mi estado de ánimo.

Hay unos días que ando muy rocker, que hasta black metal escucho (donde se hace la voz rasposa y que hasta a uno mismo le llega a doler la graganta xD).
Otros días, se me verá escuchando reggae (no confundir con reggaeton, por el amor de Dios, si usted cree en él).
Otros días que ando muy indie, escuchando a DeVotchKa y sus furiosas cuerdas... pero esta semana, ando muy trovadora :)

Un amigo me dijo: "andas muy hippie" y puede que sea cierto.
Pero, ¿cuál se supone que debe ser el estado de ánimo de un ? :/
Ni yo misma sé cuál es mi estado de ánimo actual. Ahora mismo, me siento deprimida. Ayer anduve eufórica, y anteayer estuve muy alegre.

Güerever, ando con la onda trovadora y eso es lo que importa, en especial, con el buen cubano Silvio Rodríguez. ¡Qué voz!
Esto me recuerda que me gusta más que Sabina... claro, hablando desde mi muy particular punto de vista, pues si bien Sabina compone muy buenas canciones, el cantautor nomás no da ni una nota. Y con Silvio pasa que, sus canciones poseen una letra mucho más hermosa y cuidada y además canta perfecto.


"Ojalá" en vivo, la más conocida.



Y de las que me encantan: "Sueño con serpientes"


Amo la frase que recita al comienzo de la pista, de Bertolt Brecht.

"Hay hombres que luchan un día
y son buenos,
hay otros que luchan un año
y son mejores,
hay quienes luchan muchos años
y son muy buenos,
pero hay los que luchan toda la vida,
esos son los imprescindibles"
Bertolt Brecht

No somos comunidad, no tenemos un mismo sentir, no nos corre sangre por las venas, nos hemos vuelto mediocres, no tenemos rumbo y andamos todos como chivos sin ley, en vez de soñar y trabajar en conjunto por un país mejor.

Los gobiernos derrochan el dinero del pueblo en mega construcciones, en un proyecto de transportación demasiado costoso para nuestro presupuesto, fastuosos juegos olímpicos y en engrandecer fortunas personales, en vez de asegurarle a la población una vida digna con un techo seguro, un sistema de salud adecuado, planteles escolares y un sistema económico auto sostenibles que provea fuentes de trabajo a seres humanos que desesperado echan a la suerte su furuto montados en una yola.

El sistema educativo carece de los medios necesarios para llegar a una población compuesta mayormente por personas de escasos recursos, y las niñez mexicana abandona las escuelas para lanzarse a las calles a trabajar o delinquirse en su afán de tener un mejor futuro y buscan otras opciones fueras de las aulas para su inexplicable miseria, siendo esta la herida mortal a un sistema ya en decadencia.

Una realidad intermitente que se pasea día a día por los pasillos del palacio y deja que nuestra moral sea simple y sencillamente una prostituta que se vende al mejor postor, justamente ahora se enarbolan banderas de “nacionalismos” que no es más que un racismo añejo disfrazado.

Por eso es preciso extirpar la estupidez, pues vuelve estúpidos a quienes se cruzan con ella. Bertolt Brecht

Nuestra Patria, un pequeño puño de tierra rodeado de mar, una extensión de la mano de obra más perfecta, donde las playas azules se confunde entre atardeceres naranjas y yolitas de pescadores que llegan a puerto al anochecer, entre corazones palpitantes color verde, amarillo y coloro y una alegría tan embriagante como el ron.

Había una vez un país lleno de mujeres y hombres con mucho valor, tenían el mismo norte y creían que aunando fuerzas echarían hacia delante y sacrificaron todo, tiñeron con su sangre lo que es hoy nuestra historia.

Donde quedo todo eso?, luego de treinta años de censura social de cortarle las alas a una juventud pensante, más doce años de represión y hostigación, para finiquitar con varias décadas de elecciones fraudulentas, gobiernos corruptos, la inmoralidad a pedir de boca: ese es el resultado ya no nos quedan dolientes.

Desgraciado el país que carece de héroes,
No, desgraciado el país que necesita héroes.
Bertolt Brecht

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