El cerebro del corazón

13 de diciembre 2010.



Aunque sea desde lo más recóndito de un órgano sensorial y sofisticado centro para recibir y procesar información llamado corazón, brilla una luz de esperanza que, indiscutiblemente, me cautiva y me da ánimos para continuar y creer, sobre todo CREER. <3







Me gustan estas fechas, más allá de lo superfluo: los gastos tan innecesarios, y mucho más allá de la falsa (y estúpida, sin ofender) creencia de la adoración de un "niño" que nació para ser Dios y ser adorado por ser el redentor y salvador de la especia humana, me gusta que exista esta fecha, porque, además de ser un buen pretexto para comer cantidades industriales de deliciosa comida y embriagantes vinos, es un excelente pretexto para reunirse y convivir en familia. Eso, realmente, no tiene precio.

Considero que a quienes no les gusta la Navidad, es porque su familia no ha logrado concebir el verdadero significado, que es dar y recibir amor y no regalos falsos.

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