Hoy es uno de esos días en los que pensar es lo peor que me viene.
Uno de esos días en que el mundo se ha vuelto más pesado que de costumbre y la costumbre, es uno de esos días que no tengo ganas de existir, solo desaparecer, y desaparecer con muchas ganas, podría desaparecer gritando y riendo ahora mismo, bailando, pero no llorando.
Uno de esos días en que debo tanto a tanta gente, en que solo pienso en mandar todo a la mierda, soltar todo y largarme, ¡qué fascinante!, dijera Silvio.

Partir a un viaje a las estrellas, un viaje al inframundo, un viaje al centro de la tierra, a la luna, a Tomboctú... a la chingada.

Pasa que pesa mucho el pasado, el bagaje con el que viajo siempre y no deseo agregarle más peso, no; estoy cansada.


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