Aquí me quedo

Que importante es decidir y decir: "¡Aquí me quedo!", y no, "¡Algún día me iré!", pues lo primero implica y obliga a querer ser y estar mejor hoy y aquí, lo segundo es renunciar, postergar la vida, y mostrarte indiferente con los que deciden lo primero, y lo peor de todo: en el mismo lugar.

¿Estás pero no estás? Sin involucrarse porque vas de pasada.

En la frontera conocemos de sobra los nocivos efectos de la amenazante actitud de abandono, al “residente eventual” al flotante, al circunstancial, a mayor cantidad de recursos, más se acerca y se cristaliza la opción de huida, a descansar afuera.

No se va el que no puede.
El problema no es quererse ir, es no hacer nada mientras se está para tener ganas de quedarse.

Intentemos poner las condiciones adecuadas desde hoy para que mañana no sólo quieran quedarse, sino que a otros se les antoje venir. 

Nunca dejes de soñar pero tampoco descuides el lugar desde donde sueñas. Si eres de los pocos privilegiados que aún los aprietos no les patean las nalgas y el exilio suena exagerado, y sufres de tiempo para transitar apático e irritable por la ciudad con el “algún día me iré” en la cabeza. No hay vida de ocasión, 

la vida es mientras, entretanto y durante te vas o te quedas. 

Irse es rendirse, quedarse es darse. Irse es por corazonada, quedarse es por corazón.


Te aviso que me quedo.


Pancho Lorenz.




2 chicles pegados debajo de la mesa: