Bichos raros en la cabeza

Few days ago, estaba en el cuarto contiguo a la sala, donde está la televisión. No tenemos programación de paga, ni es una televisión de 42", ni mucho menos es LCD, flat, o cualquier similar, ya que sólo sirve para lo básico, ver y/o escuchar las noticias del diario, mi madre ve las telenovelas, en fin.
Yo me encontraba en el cuarto arreglándome, cuando alcancé a escuchar un comercial de los PIOJOS y LIENDRES. ¿Pero cómo?, me pregunté. Nunca de los nuncas habidos y por haber imaginé que pudiese existir un comercial tipo campaña sanitaria en contra de los piojos y liendres, incluso, hasta cancioncita tenía dicho spot.
No me parece mala idea, por lo contrario.

Automáticamente, mi mente se llenó de recuerdos, recuerdos de cuando, ¡sí!, yo tuve piojos y no me avergüenzo de ello. Fue parte distintiva de mi infancia, puedo decir que tuve infancia, porque cada noche yo y mis hermanos y primos salíamos a jugar fútbol, "futbéis", escondidas, a "la roña", etc., a la calle, entonces, llegaban nuestros vecinos, y sí, tendré que echarles la culpa a ellos del por qué tuve piojos; aunque contribuyó también el hecho de que a mí no me gustaba bañarme.

Recuerdo en especial, cuando mi madre me aplicaba una solución acuosa en la cabeza para matar a todos los bichitos, amarraba alrededor de mi cabeza una toalla, y tenía que aguantarme la comezón durante 1 hora aproximadamente. Para compensar mi incomodidad, durante ese tiempo, yo y mis hermanas veíamos Los Caballeros del Zodiaco; no recuerdo con exactitud la edad en ese entonces, probablemente, iba en cuarto grado, 9 años, quizás.

Hablando del cuarto grado, tengo pocos recuerdos, y muy vagos, lo que sí puedo decir es que no me gustó. La maestra era muy regañona y gritona, tenía un mechón blanco dentro de su cabello negro, razón suficiente para inspirar miedo y temor en sus alumnos.
Cuarto grado es el grado con el que practicaré en unas cuantas horas más. Como ya mencioné en entradas anteriores, el grupo consta de 11 ó 12 alumnos, una de las niñas, desde que la vi, usaba siempre un gorrito en la cabeza, yo pensé que llevaba quimioterapias, pues no se le veía el cabello; entonces, le pregunté a su hermano la razón del uso del gorro, y me dijo que le habían rapado la cabeza porque tenía piojos.
¡Pero qué calamidad!
Creo que después de saber esto, no me puedo quejar del haber soportado y aguantado la comezón causada por la solución, mil veces preferible a cortarle el cabello a una niña.


[Construir una ciudad en tu cabello]

0 chicles pegados debajo de la mesa: