Me gusta estar haciendo cosas, actividades, no me gusta andar de ociosa.
Hoy digo: ¡¡Por fin vacaciones!! y me siento estúpidamente feliz. No más tareas, no más verle la cara a los maestros. Me siento feliz, descansada y sobre todo, desestresada.
Ahora, tengo que buscar un trabajo, de otro modo, haré una especie de implosión en mi cuarto.
¡La luna está de vacaciones!
Pero eso no indica que dejará de salir por las noches.
Hace unos días, tuve la dicha de obervar un espectáculo parecido, pero no era la luna el centro del rombo, sino una estrella.
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