Licenciatura en Diseño Gráfico era lo que estudiaba ahí. Resulta que por mi promedio en la Escuela Normal del Estado (no es presunción) me eligieron para que estudiara ahi, beca del 100% (vamos, es un sueño), además, como resultado de una rifa/concurso, me gané la propiedad "Cafetería" de dicha escuela. Total, mi nombre aparecía en cada periódico en la columna principal. Yo no cabía en mí.
Todos me veían algo raro, me preguntaban cuál era mi nombre y se sobresaltaban cuando lo sabían (y yo lo hacía más).
No me cabía la idea en la cabeza, o más bien no lo podía aceptar, significaría dejar la Escuela Normal, o a menos que estudiase las dos cosas al mismo tiempo, y esa fue mi elección, de 7:00 am a 1:00 pm, yo asistiría a la UVM, de 1:00 pm a 8:00 pm a la Escuela Normal.
Las clases comenzaron, y no parecían nada del otro mundo, de hecho, eran aburridísimas.
Creo que hasta yo tenía mi propio carro.
De repente, escucho unos gritos, decían: "¡Dulce, Dulce!, llegaron tus botas de la Andrea!"
Era mi inoportuna madre coartando mi super sueño con sus gritos, que a mí me parecieron de espanto, más que de emoción. Al fin y al cabo, las pinches botas no me gustaron.
[Son espejismos que aumentan la sed...]
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