¿Y de qué te sirve, TVAZTECA, anunciar los 200 años de libertad?

México puede parecer un desastre. Andar con cuidado en las calles, cerrar puertas y ventanas, usar un cubrebocas casi a diario (bueno, más en los estados del sur), habitado por fanáticos casi en su totalidad (o por el lado religioso o por el lado futbolero), tener uno de los servicios de internet más caros en el mundo, ser el único país con el impuesto llamado tenencia... y la lista es interminable. Hoy tengo sueño. Ah, súmele la nueva metida de impuestos que dizque van duro y con todo contra la pobreza (lo único que logrará es generar más pobreza).

Supongamos que no tengo dinero ni para comer, mi madre es una prostituta, tengo diez hijos, además de ello, mmh, me amputaron una pierna por gangrena, y me han detectado cáncer en el pancreas. Lo más fácil es: a) Tirarme un balazo, b) Robar dinero, c) Pedir dinero en las calles con un letrero o aviso con faltas ortográficas (claro, para dar más lástima) o d) Estudiar y trabajar y ser una persona ejemplar.
Lo más fácil... es el inciso d).

México, si pudiera, ya se hubiera tirado un balazo. Como no puede, pide dinero a sus habitantes, quienes en un pasado hasta dieron sus joyas de oro, lo que hoy conocemos por PEMEX, y una vez que tiene el dinero en sus arcas (el poco que llega), lo distribuye de mal manera, lo cual es traducido como ROBO, y en nuestras caras.
Por supuesto, como país aunado en el conformismo, pues toma la vía más fácil, y no vé más allá, no se da cuenta que la solución real está en suprimir la corrupción, los sindicatos. Invertir más en educación. Preparar a más maestros de calidad, para brindar educación de calidad. ¿Es que es tan difícil, gobierno, que te pongas las pilas y veas dónde está donde tienes que actuar?

Seguimos así, México, con un internet deficiente, una tarifa de luz carísima, al igual que de teléfono y de agua, pagando por tener un carro, pagando por vivir en una casa, pagando a diputados inservibles quienes se ahogan en su inmunda ambición.
Seguimos siendo un país tercermundista, tal como hace doscientos años de libertad.

0 chicles pegados debajo de la mesa: