Regálame tu voz (él y yo)





Cuando se trata de aprender del amor, nunca es suficiente.
Aprender a sobrellevar los errores es difícil, más con mi resistencia a halar y decir lo que realmente pienso. Aprender que, como los anuncios de Pfizer: "Es cosa de dos" también está cabrón.

No te desesperes, mi Gerardo. Quiéreme y ámame mucho, tanto o más como yo te amo a ti.
Gracias por tus palabras, tus sonrisas, cariños, abrazos, besos y apapachos. Gracias por tu aire, tu voz y tu amor.
¡Te amo!




Cuatro meses a tu lado no lo parecen, ciertamente; parecen muchos más.

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