Todo lo que haces, lo que aprendes.
No, no es una escuelita más del montón, ni una primaria. No es por defenderla por el simple hecho de ser mi alma-mater. Yo diría más bien que es una escuela de alto rendimiento, que educa, forma, moldea. ¡Te hace!
He aprendido a administrar mejor mi tiempo y mis recursos.
He aprendido a luchar por alcanzar mis sueños, a no dejar de lado las injusticias, a dominar mi ego, a compartir, a sensibilizarme, pero sobre todo, a querer.
Ah, el corazón engaña. Engaña.
0 chicles pegados debajo de la mesa:
Publicar un comentario