Paréntesis

Hay que disfrutar los pequeños detalles de la vida.

Como sentir las gotas de la diminuta lluvia,
reírte a carcajadas de un loco sanguíneo que grita: "¡Gokú, te amo!",
ver una película rodeada de los brazos de ese alguien especial,
el camino tan corto al momento de la despedida,
saborear un raspado de tamarindo en una oferta del 2x1,
platicar de Naruto, Bleach y que todos los protagonistas de anime tienen que usar naranja,
pintar cuadritos de manta junto a otras tres artistas,
ver al webmaster intentando coser en una máquina de coser,
sentir la tensión de una semana corta,
que te llamen "Alemania",
la sonrisa de mi viejo, frente a su regalo del día del padre,
saber, a mis casi 21 años de edad, que tengo una gran familia,
oler, todo, cualquier aroma, por tan asqueroso que sea, es un suceso, un milagro, tal vez
tener una recámara que parece papelería,
que aprecien tu arte,
tomar una fotografía de los rieles del tren del Parque Infantil,
no tener hambre aún teniendo 6 días de sólo comer el desayuno,
tener frente a ti a un maravilloso guitarrista, platicándote de las notas que se repiten año con año, pero en diferente canción,
esperar un mensaje de texto (sms) o una llamada que nunca llega,
...sentir los mismos nervios de la primera vez que te vi.


Entre muchas, muchas cosas más.

Son detalles que se disfrutan, o al menos, yo los disfruto. La vida es bonita, sólo que hay altibajos, y uno que otro tropezón.

Otro detalle que disfruto es mirar el arte digital de Mathiole.









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