E L U L T I M O S U E Ñ O D E L A N I Ñ E Z

Hace unos días, por fin, acabé de leer la novela fantástica de Lewis Carroll: "Alice in wonderland". No sé, es de ésas novelas que nunca te dan ganas de leer porque es ya muy famosa, o crees que su contenido no te impactará; dicho sea de paso: me gustó.
Como bien dice en la pequeña descripción en la contraportada del libro: "Es el último sueño de la niñez".
La historia nos relata los extraños sucesos que tiene que librar la pequeña Alice, quien a su paso se encuentra con conejos que hablan, lirones dormilones, una baraja de naipes, una reina loca enfurecida con complejo de verdugo; pero lo que ciertamente me fascino de la lectura fue el genial juego de palabras victimarias, ya que, se puede aplicar perfectamente en la vida real, porque es un error fatal el decir una palabra de más o de menos, o bien, se puede convertir en un auténtico anagrama: ROMA-AMOR. O bien, en increíbles ejemplos de parónimos, como: EFECTO-AFECTO. Es en ésto, precisamente, donde radica la discrepancia entre Alice y los habitantes de la tierra de las maravillas. En sí, la historia esta llena de completos absurdos, pero, en ocasiones llegan a convertirse en absurdos creíbles.
De hecho, tanto era mi prejuicio que nunca me atreví a ver cualquier película relativa a esta obra, aún si de Disney se tratara. Sin embargo, una vez que ya he leído la historia, espero con ansias la producción de Burton, la cual será lanzada en cines hasta el próximo año (2010).


Por mientras, les dejo éste clip, muy entretenido y con una moraleja tremenda. Juzguen ustedes mismos.


¿Quieres un agujero negro? (sin albur, ¡eh!)

Visto en Gran Angular

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